Una mañana cualquiera

Con “cualquiera” me voy a referir a una mañana en la que tengo que asistir a clase, ya que con “cualquiera” me podría referir a una mañana antes de un campeonato de golf, ya que, al final, la mitad de los días de curso no estoy en casa.

Tengo la suerte de vivir cerca del cole, por lo que me puedo levantar a las 8:20 en vez de a las 7 y algo como hacen la mayoría de alumnos de Retamar. Según me levanto, si me he levantado en hora, desayuno mi tazón de leche con cereales o galletas, y mi tostada acompañada de un zumo de naranja natural. Si me he levantado un poco más tarde, me voy directamente a la ducha, me cambio, y si voy en coche, paramos en una churrería que nos pilla de camino y cogemos unos cuantos churros y porras y un chocolate caliente. Si no voy en coche, antes de salir de casa cojo unas galletas y me las como en el metro camino al colegio.

Como ya sabréis, soy un “loco del golf”, y en época de exámenes, como por la tarde no hay casi tiempo ni para respirar, por la mañana hago mi entrenamiento que tendría que hacer esa tarde (el tiempo lo reduzco un poco claro), hacia las 7 salgo de mi casa hacia el club de golf, llego a las 7:10 al gimnasio del club y me tiro ahí hasta las 8, a las 8:10 estoy en el campo de prácticas de golf y practico mi “swing” hasta las 9, me pongo el uniforme de Retamar, me tomo un ColaCao, y a las 9:25 estoy sentado en clase esperando a que llegue el profesor.

Alejandro A.

Allan se llamaba Allan

El escritor sueco, Jonas Jonasson, crea el personaje optimista por excelencia en su magistral libro, “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”. El personaje se llama Allan, un viejo centenario que un día, sin pensárselo dos veces, saltó por la ventana de su habitación. El libro narra la historia del antediluviano a partir de su escapada y salta continuamente a los fantásticos relatos de su juventud. El autor crea un personaje ficticio que vive incontables aventuras sirviéndose de su talento para saltar cosas por los aires y destilar alcohol de la leche de cabra. Además de ser una comedia de entretenimiento, describe los momentos más importantes del siglo XX. Esta combinación entre lo cómico y lo culturalmente enriquecedor hace de este libro una novela muy inteligente.

Allan, en sus aventuras por el mundo, le salva la vida a Franco, le sopla a Oppenheimer cómo crear la bomba atómica; cena con Stalin e interviene en muchos más episodios históricos que sin distorsionarlos aprovecha para contarnos en primera persona cómo ocurrió.

Su filosofía de la vida se podría decir que se basa en vivir la vida a tope, sin preocuparse demasiado por la comodidad y por el qué pasará mañana. Vivir el presente y siempre estar disponible para servir al prójimo. Del mismo modo, Allan siempre estará a tu disposición entre las páginas de esta obra maestra.

Joaquín R.

LOS ALEDAÑOS DEL OLÍMPICO

El Olímpico de Retamar. Calle Pajares 22, Pozuelo de Alarcón.

No es un campo cualquiera. Los rivales temen las visitas. Las temen más que por la afición, escasa, por las dimensiones. Es un campo pequeño, de esos que los futbolistas llamamos “caja de cerillas”. Aparentemente, ideal para el juego del equipo. Como decía anteriormente, los rivales lo temen porque los 16 o 17 convocados por el míster, son capaces de deshacer el juego del rival y sorprender con su calidad.

Los “pijos” de Retamar, insulto más escuchado por los jugadores durante los partidos, van llegando a cuentagotas, en sus coches. El Olímpico les espera.

El equipo rival, suele llegar en autobús con sus aficionados y padres forofos, que en muchos casos se piensan que son miembros de un grupo ultra. Son clubes de fútbol. Véase Galapagar, San Sebastián de los Reyes, Santa Ana…

Este aspecto no intimida a los jugadores del equipo local, que esperan agazapados la llegada del míster y la posterior charla, en el vestuario 6.

El partido es disputado.

Al finalizar el encuentro, se pueden vivir diversas situaciones. Fuertes discusiones entre los “pijos” y las “superestrellas” de otros clubes. Otros días, se ve buena relación entre aficionados y jugadores.

El Olímpico nos permite vivir diversas situaciones, que no se viven en otros estadios del grupo 1 de la categoría juvenil preferente.

El Olímpico es temido por muchos y templo para muchos otros.

Ésta entrada está escrita principalmente debido a las maravillosas entradas de Guillermo García, que me han inspirado. Véase la Chistera del Wonka®.

Rodrigo S.

EL POEMA DEL VAGO

Todos tenemos ese profesor,

que habla con esa voz de tenor,

y en un tono bastante agotador,

que alguien le clave ya un tenedor,

y es también un gran abusador,

cuando se trata de deberes es abofeteador,

estar en esta clase es un tanto perturbador,

pues tengo hambre, sueño, sed y calor,

de los vagos es el BI perseguidor,

y no me quieren poner al lado del radiador,

leer esta entrada es no esperanzador,

pues quieres que acabe ya, por favor,

sin embargo, aquí, vuestro fiel servidor,

os escribirá una entrada de gran grosor,

todos queremos ver al Barsa, el perdedor,

pues Neymar es un gran actor,

y nuestro secretario, el pasador,

de ni una entrada mala será permitidor,

para ser de esta entrada escritor,

hace falta tener gran valor,

pues causa a los ojos gran dolor,

como veis hay muchas palabras que terminan en “-or”

este poema es bastante abarcador,

y hay que leerlo al ritmo del tambor.

Jaime G. A.

 

 

Causas por las que no plagiaré esta entrada

 

 

Ahora mismo, necesito una entrada más para conseguir tener al menos cuatro en el blog de Carlos. Estoy totalmente convencido de que podría plagiar una entrada de algún compañero, de algún sitio web o aplicación y nadie se daría cuenta. Sin embargo, jamás lo haría. Esto ocurre por un simple motivo, yo quiero que se valore mi trabajo, y no el trabajo de otros. No quiero que se me aplauda por méritos que no son míos.

 

En realidad, la razón de no plagiar va más allá del reconocimiento, tengo intención de demostrar a los profesores de Retamar que soy lo suficientemente responsable como para tomar la decisión correcta.

 

Estoy cansado de que se nos persiga a los jóvenes como si fuésemos delincuentes. Es verdad que muchas veces cometemos errores, pero éstos nos sirven para mejorar y, en el futuro, no tropezar con la misma piedra dos veces.

 

Todos hemos sido jóvenes, y sabemos perfectamente lo que es tener a un adulto constantemente imponiendo normas estúpidas cuya utilidad es inexistente.

 

Me gustaría que esta entrada ayude a los profesores a reflexionar y determinar lo que es mejor para nosotros; ¿estar bajo el dominio de una normativa absurda?, ¿no sería más coherente dejarnos decidir para aprender de nuestros errores? Ustedes deciden.

 

Guillermo G

14 DE FEBRERO

Día de los enamorados. En este día absurdo creado por los grandes almacenes para dar un empujón a las ventas tras la cuesta de enero, un mensaje robado y sorprendido en el móvil de mi padre me hizo recuperar la fe en la humanidad. Decía así:

“Lo leí el otro día en un libro. Cita de Joseph Conrad “Y, sin embargo, una mujer como usted y un hombre como yo no coincide a menudo sobre la tierra”. Preciosa verdad, que me hace pensar en ti y en mí cuando nos conocimos”.

Se lo escribía mi madre. Cualquier otro regalo es una memez e insignificante.

Ángel B.

Me ha pillado el toro…

Son las 10:05. Tras un día largo, y después de una dura tarde de estudio; puesto que mañana hay examen acumulativo de Física, me dispongo a escribir una entrada. Como estarás pensando, así es; me ha pillado el toro. Ahora recuerdo cuando don Jesús decía que esto iba a pasar; que el último día a todo el mundo le iba a entrar la prisa por escribir entradas, y que no íbamos a saber si se nos iban a publicar o no,  hasta pasado un buen  tiempo. Por lo tanto, al tener uno la incertidumbre de si va a conseguir que le publiquen las cuatro entradas necesarias para tener los dos puntos  en la asignatura de Filosofía, lo que hace es escribir el máximo número de entradas que  pueda. Me imagino que al leer esta entrada muchos se sentirán identificados, a ellos decirles que tampoco se estresen, que la vida sigue, y que ya llegará algún día en el que sí tenga más justificación algo de agobio; noche anterior a la entrega de la Monografía, últimos minutos del examen de Matemáticas de la P.A.U. o el día en el que uno tenga que entregar ochenta hojas de ejercicios de Dibujo Técnico, y solo lleve tres ejercicios de la primera hoja. Pero todavía no es el momento de estresarse, porque si nos estresamos por estas tonterías, no sé qué va a ser de nosotros cuando la cosa vaya en serio. En consecuencia,  a disfrutar, que la vida no se acaba por cuatro entradillas de nada.

Santiago U.

Los caminos para triunfar profesionalmente en el golf

La mayoría de chavales de los equipos nacionales juveniles de golf queremos seguir los pasos de Sergio García, Rafa Cabrera-Bello o Jon Rahm por decir unos cuantos. Para llegar ahí hay varios caminos, pero en todos hace falta jugar muy muy bien (bastante obvio). Una vez que llegamos a la edad de ir a la universidad se separan los caminos, y, en resumen, se dividen en tres:

1. USA: es el que la mayoría escoge, consiste en marcharse a los Estados Unidos a estudiar la carrera ahí y competir en la liga universitaria (amateur) de golf. Suele ser la mejor opción pues si haces buenos campeonatos, puedes ser invitado a un torneo de la “PGA” (los torneos profesionales más prestigiosos) y, si ahí lo haces bien también, ya te pueden dar el estatus de “miembro de la PGA”, que significa que tienes pleno derecho a jugar todos los torneos de la “PGA” (donde está “la pasta”).
2. España: los que no se van a Estados Unidos se suelen quedar a estudiar en España como cualquier persona normal, la única diferencia es que, al haber estado en el equipo nacional, tienen el diploma de “deportista de élite” por lo que no les piden nota para entrar en la carrera que quieran. Una vez acabada la carrera, se hacen profesionales e intentan llegar al “PGA” por medio de las escuelas clasificatorias.
3. Hacerse profesionales directamente: a los que no se les da muy bien estudiar y no les convence la idea de irse a Estados Unidos se suelen hacer profesionales directamente y hacer lo que hacen los que estudian en España, pero sin haber estudiado la carrera. Mentalmente es duro, pues el que tiene una carrera sabe que si no triunfa en el golf puede dedicarse a trabajar como cualquier mortal, en cambio, el que no la tiene, siente mucha más presión a la hora de competir, pues sabe que es la única forma de ganarse la vida.

 

Alejandro A.

LA “PAELLA” DE RETAMAR, ¿DE VERDAD ESTÁ TAN MALA?

Todos conocemos la mítica “paella” de Retamar. Yo sólo tuve que comerla durante un año y nunca me pareció que estuviera tan mala como la gente decía. Todavía recuerdo mi primera experiencia con ella. El año pasado, me senté el primer viernes de mi estancia en Retamar junto a unos compañeros. Me dieron la jarra y me dijeron que la llenase por estar en el extremo más cercano a un grifo. Al volver a mi mesa, algo había cambiado,  tenía el doble de “paella” en mi plato que cuando me fui. Me impresionó que la “paella” pudiera estar tan mala. Al probarla me gustó bastante, pero no me comí la paella extra que los demás comensales tuvieron a bien regalarme.

 

Desde entonces, siempre me pregunté por qué no les gustaría la “paella” a los niños de Retamar. Como todo parecía darles asco, concluí que, en realidad, no sabían si la “paella” les gustaba o no, ¡su sentido del gusto estaba predeterminado! Todos iban desganados al comedor los viernes. Pocos, si acaso alguno, cataban la “paella”. Casi todos la rechazaban. Casi nadie la comía.

 

La lengua de los niños de Retamar mentía a su cerebro. Como ya habían oído, antes de entrar en el comedor, que la “paella” estaba mala, su sentido del gusto se negaba en rotundo a analizar el sabor de ese plato y le transmitía al cerebro un profundo asco.

 

¿Que por qué digo “paella” con comillas? Porque, en realidad, no comíamos paella casi nunca. Es decir, los niños de Retamar llaman “paella” a cualquier cosa que tenga arroz y tropezones de algo. Hace unos meses, unos compatriotas nuestros promulgaron el “spainxit” al ver cómo un británico añadía chorizo a una paella y la seguía llamando paella, ¿qué harían estos mismos compatriotas con los niños de Retamar? No soy valenciano ni experto en paellas, pero eso no era paella. En conclusión, la mítica “paella” de Retamar era, casi siempre, un simple arroz con tropezones de algo.

 

¿Por qué estaba el gusto de los niños de Retamar predeterminado? Probablemente sea por la epidemia de “postureo” que asola España. Algún alumno tuvo que contagiarse y pasar la enfermedad. Con esto no quiero decir que todos finjan asco al ver la “paella” de Retamar, sino que algunos sí. También los hay que disfrutan con cada granito de arroz y fingen rechazo por puro “postureo”.

 

Los sentidos les engañaban. En vez de una simple “paella”, veían un montón de despojos. En vez de un aroma a comida caliente, olían algo parecido a vómito. En vez de saberles a simple arroz, les sabía a… no sé a qué les sabía, pero no les gustaba nada. Su cerebro, infectado de “postureo” en la mayoría de los casos, transformaba la realidad. Por alguna razón, preferían ver una “repugnante paella” en vez de un simple arroz que, además, estaba bueno. Puede que pienses que soy un gordo, pero sé de lo que hablo. En otros centros académicos en los que he estado, bastaba con mirar al suelo para saber qué comida había.

 

Concluyendo, opino que la “paella” de Retamar no está tan mala como los demás dicen y que muchos niños de Retamar no saben a qué sabe la “paella” que tanto rechazan. No a las realidades falsas y no a la epidemia de “postureo”.

 

Francisco D.

 

Palabras curiosas

En esta entrada daré nombre a las tres palabras con la procedencia más curiosa, y a las tres más curiosas en sí mismas. Primero comenzaré con las palabras con un origen interesante:

1. Ok. Esta palabra surge durante la guerra de secesión estadounidense. En esta guerra, cuando se regresaba del campo de batalla sin tener ninguna baja, se ponía en una pizarra enorme “0 Killed” (cero muertos). De ahí proviene esta palabra que sirve para expresar que todo va bien.
2. Santiamén. Esta palabra tiene su origen en el aburrimiento. Antiguamente, cuando las misas se oficiaban en latín, la gente esperaba de forma impaciente la bendición del padre. La palabra “santiamén” se refiere a las dos últimas palabras que recita el padre en la bendición: “In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen”.
3. Siesta. Esta palabra tiene una curiosa procedencia. Según las Reglas de San Benito se debía descansar pasada la “sexta hora” latina, ahora equivalente al mediodía. De ahí nació la palabra “sestear”, que más tarde derivaría a “siesta”.

Ahora nombraré las tres palabras más curiosas en sí mismas:

1. Centrifugados. Esta palabra es la más larga del español que no repite ninguna de sus letras.
2.  Pedigüeñería. Esta palabra es curiosa, ya que es el único vocablo español que cuenta con los cuatro signos ortográficos posibles: diéresis (ü), tilde, la virgulilla sobre la “ñ” y el punto sobre la “i”.
3. Abatataba. Esta palabra es el palíndromo más largo, es decir, que se puede leer igual hacia delante que hacia atrás.

Manuel.B.